CANGREJOS Y LAVABOS



Wenoooo, vamos a poner alguna cosa aquí, que esto más que un blog ya parece la credibilidad de Aznar.

Este fin de semana he estado con mí... (Espacio dedicado para todo tipo de taquicardias, palpitaciones y otras cosas que mejor no decir aquí porque hay mucho chafardero suelto y...basta, no me enrollo más). Me esperaba en la salida del metro y... (Espacio dedicado para todo tipo de...si, ya lo se, me repito más que el ajo)... estaba muy elegante. Seguidamente nos fuimos a encontrarnos con sus amigos en un pseudo-restaurante en el rabal. Weno, en realidad de restaurante solo tenía la intención, porque era la réplica exacta de un lavabo gigante en Uganda. La barra era la prolongación natural del mármol de la cocina, y por la cantidad de pringui que contenía, se podía adivinar lo que se me encontraría más adelante. Las mesas eran baratas, de esas que compras en la ferretería por un euro la unidad, y la gente quedaba sentada en ellas como si fuesen emigrantes después de ser rescatados en patera. Mientras entraba no deje de mirar el suelo, convencido que tarde o temprano pisaría una monda de plátano y me encastraría contra la pared tal que mosca, quedándome seguidamente pegada a ella por la cantidad de mierda que poseía. No me hubiese extrañado que luego apareciese una araña gigante y me devorase todo, porque fijo que todos los insectos de ese restaurante son del tamaño de un mamut hormonado.

Subimos unas pocas escaleras, pero llegué cansadísimo al segundo piso. Entre nosotros, yo diría que esas escaleras eran magnéticas, porque la otra opción sería tal cantidad de pringui capaz de producir el carburante necesario para iluminar toda new york. Una vez arriba, tuve un deja bú, no paraba de decirme a mi mismo - Este local lo he visto en alguna parte, este local lo he visto en alguna parte...- Y una vez sentado, me acordé de inmediato.

- Afganistán!!

Si, ese local era clavadito a uno que vi en un reportaje de Afganistán después del terremoto, y que luego fue bombardeado por error por las fuerzas aliadas. Supongo que no me acordé de inmediato porque me despistaron los clientes que estaban sentados. A mi derecha tenia un cumpleaños de teletubies con ataque dolche & gabana. Enfrente tenía a más teletubies, y en el fondo había como una docena de gremlins con tetas, que a cada toma de Sangría metían un chillido capaz de reventar los tímpanos a toda la población de plutón. (Si, ya lo se, en plutón no hay supervivientes...fueron ellas).

No entiendo esa costumbre de forrar las paredes de restaurantes con baldosas de cuarto de baño. Muchas veces me han dicho que lo hacen así para que a la hora de limpiar sea más fácil, pero os puedo jurar que la última vez que se limpiaron esas baldosas fue cuando Sara montiel izo la primera comunión... uy, creo que me he pasado, no creo que en el jurásico hubiese baldosas.

La comida....em....aceptamos pulpo, pero esa tarta del final eran las sobras del día anterior, comprimidas, coloreadas y embasadas al vacío (a mi no me la dan). Pero si hay que dar un oscar a alguien, la camarera sin lugar a duda. Era como un ama de casa colombiana después de lidiar un combate de presin cach o lucha grecorromana en un barrizal. El momento más logrado por esa camarera fue al servir: primero dejó los platos de comida (hasta aquí perfecto) pero cuando se estaba yendo, giró otra vez en redondo y dijo un

- Ay, la cerveza

Y vimos como de su pechera aparecía una lata de ese líquido. Una vez en la mesa nos dimos cuenta que la parte superior estaba llena de un pringui marrón. Para que luego digan que una peli de madona da miedo...aficionada.

Cuando nos fuimos no pude evitar mirar por todas partes a ver si se me había pegado algo, y mientras lo hacia contemplé absorto los cuadros más espantosos que una persona puede llegar a ver, y mira que he estado en el gugenjaime ese.

Seguidamente nos dirigimos a un local muy kitch, donde tenias que ir en plan "perdóname la vida" para entrar. Acogedor era, eso lo tengo que reconocer, "paisaje" tenía, eso era indiscutible, y la música era guapa, no voy a negarlo. Así que esta parte no la criticaré... de momento.

Luego, luego, entramos en un local llamado "el cangrejo". Yo pensaba que el nombre le venía por ser algo tropical, pachanga, divertido... que vaaaa, lo llaman así porque para poder entrar tienes que ir pellizcando a la gente...y ni así.

Ya agobiados nos fuimos a otro local, del que no haré comentario porque pienso en mi (aish) y me entra un queseyo y un nosequé. Peroooo lo que paso al final tengo que contarlo, lo siento. Había un pedaaazoo travesti, feo con ganas, que daba un miedo atroz, y al que al final tuve que dar dos besos en la mejilla (uuuaajjj)... al responsable de este acto vil y a traición que sepa que para algunas cosas tengo una memoria de elefante, y me las pagará, vaaaamosss si me las pagará.

Que nooooo, que es broooomaaaa....o no