EL ANGAR DEL PORRON MILENARIO

 
             

   
 
 

jueves, marzo 03, 2005

 
ATRAPA AL JUBILADO

Esta semana pasada mi jefe ha estado en Munich. En esa ciudad hacen la feria de Inorgenta, dedicada al diseño de joyería. Siempre cuando vuelve de alguna de estas ferias, a mi jefe le entran unas ganas locas de modificar, cambiar, hacer, deshacer y revolucionar las cosas. Y a nosotros nos entra un ataque de pánico que no veas. Para que os hagáis una idea, después de la última feria a la que fue, al cabo de unos días apareció por arte de magia una soldadora láser. La soldadora se compone de dos piezas: Una de alta precisión, que es como una caja de zapatos. Y el cuerpo, que es del tamaño de una nevera, pero que pesa como dos tanques llenos de gordos jugando con pesas. El taller esta en un tercer piso, y para subirla se necesitaban manos. Primero empezaron a subirla mi jefe, su hijo, el relojero y el del taller. Luego necesitaron la ayuda de moi y una dependienta, luego se añadió la jefa. Al cabo de un cuarto de hora había hasta clientes ayudando. Nos faltó un "plim" que nos quedamos sin dependienta. Y nos faltó otro "plim" que nos quedamos sin puerta del taller.

Pero este año me parece que se ha portado bien, y que no nos aparecerá nada de... un momento, que está llegando un bulto a la tienda, no os mováis...

....


DIOS!! PERO QUE ES ESTO??!!

...

Bueno, me voy a poner nervioso luego. Ahora os sigo explicando la odisea de mi jefe. Pues resulta que cuando llego a Barcelona, se encontró con un grupo de jubilados recién ensaimados...digooo, llegados de Mallorca. Por una extraña razón, los equipajes del vuelo de mi jefe, el de los jubilados de Mallorca, y otro de París, salieron por la misma cinta. Mi jefe, que en esto es calmoso y llega siempre el último, quedó atónito ante la escena.

Los turistas de Mallorca estaban empotrados a la cinta en formación perfecta, todos chillando, y señalando con desesperación maletas y ensaimadas con pañuelos de colores a modo de identificador. Al grito de - Es mío!! - un jubilado se abalanzaba sobre la maleta y la tiraba con fuerza. La inercia de hacer eso, provocaba que el peso de la maleta lanzara al jubilado unos doscientos metros fuera de la cinta, así más que el jubilado cogiendo una maleta, parecía el jubilado arrastrado por su propia maleta. Al cabo de un rato, había un mogollón de jubilados intentando detener el recorrido cinético de su maleta, y a otros intentando que los dos mil kilos de ensaimada no les aplastaran.

Mientras tanto, los parisinos intentaban comprender el comportamiento de sus compatriotas españoles, y de tanto en tanto detenían el recorrido de alguno de los jubilados maletizados.

Y mi jefe...aish, mi jefe. Como no podía acceder a la cinta, por la superpoblación, en un momento dado se le ocurrió pedir.

- Oiga, esa maleta es mía ¿Es usted tan amable de cogerla?

Un jubilado se apresuró en cogerla, pero a mi jefe se le olvido decirle que la maleta estaba llena de catálogos y revistas, y que seguramente pesaba lo mismo que los cimientos del empire state building.

Si,si, pues paso que el abuelete dio una media vuelta encima de la cinta, entre las ensaimadas. Cinco abueletes intentaron sacarlo de la cinta...y, clarostá, se unieron a la atracción del día. Por lo que me dijo mi jefe, al final todo acabo en una especie de atrapa al jubilado con premio de ensaimada. Y de sonido de fondo un "mondie, mondie" con acento parisino.

Bueno, me vuelvo a mi trabajo, un besote.

...

- AAAAA NO, EN MI DESPACHO NO, ESTO NO ME LO METEIS AQUÍ.
albert - 23:04

 

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