EL ANGAR DEL PORRON MILENARIO

 
             

   
 
 

viernes, diciembre 10, 2004

 
DONDE TARAN LOS VASCOS

Hoy he telefoneado a mi hermana para que me dejara la caja de las pinturas de mi sobrino. La he llamado por la mañana, por la tarde, por la noche...y nada, que no la localizaba. Al final, a las tantas, se ha puesto. Las primeras palabras que le he dicho son estas

- Joder macha, eres más difícil de encontrar que un mensista Vasco en una Ram.

Y es que, es que...que tímidos son los mensistas Vascos, y que bien se camuflan.

Aun recuerdo cuando llegamos al hotel, con todos los bártulos, esperando la ayuda desinteresada de los vacos con manos forzudas, cuerpos recios, imponentes musculaturas... (uiigg, que me pierdo, que me pierdo) Pero en esa puerta solo apareció mi amiga tereixa, que de vasca tiene menos que una almeja de campestre...pero eso si, da unos abrazos que te animan todo un mes.

Dentro del hall, los vascos seguían sin aparecer, y me pasé el rato abrazando a gente conocida, y dando la mano a los desconocidos, a los que luego preguntaba

- ¿Eres vasco?
- ¿Tu también los buscas?
- Pos si
- Mira, está el conserje
- Es mensista?
- Diría que no, pero está bueno
- Aceptamos pulpo

A la mañana siguiente seguía mi búsqueda del mensista vasco perdido. Lo intenté en el comedor, pero allí solo había una cadena de montaje. (te sentabas, te daban el plato, te lo comías, lo dejabas, desaparecía. Otro plato, te lo comías, lo dejabas, desaparecía...) También lo intenté en la sala de juegos, pero allí solo había una especie rara de mensistas capaces de no dormir para ganar una partida de tichú (sin comentarios). Y busqué en la cafetería, y en la calle (donde quedé más tieso que un mandril en una nevera) Pero nada, que no vi ni uno solo.

Observé, no obstante, que algunos mensitas son tan brutos como si hubiesen nacido en las mismísimas vascongadas. Por poner un ejemplo, estábamos en la furgoneta dirigiéndonos a Donosti, y en esto que un mensista me dice...

- Esto se parece a Andorra...mirad, las pistas de esquí

Los demás ocupantes que estábamos en la furgoneta miramos la montaña donde había las supuestas pistas de esquí. Y después de reflexionar, yo me atreví a decir

- No parece que haya remontadores
- Es verdad, no lo parece
- Y no veo que suba ninguna carretera en la cima
- Puede que esa de allí...
- Y está un poco...como se dice...apedruscado
- Si, parecen muy dejadas
- Y una de dos, o los vascos son muy brutos y solo esquían en pistas XXL negras, o esto me parece a mi que son cortafuegos.
- Ay, pues será verdad

Al final, en el museo de Gumersindo Gerardo Jaime, más conocido por su abreviación "gugerjaime" vi a un mensista vasco, que resultó ser nuestro guía.

Después de patearnos un museo, teníamos que ir al restaurante. Andábamos tranquilamente por la calle un grupo de mensistas (unos doscientos de nada) cuando, de pronto, a mi izquierda veo un local monstruoso. Un voladizo de madera, tremendo, tapaba todo el local. Las ventanas eran de dorados imposibles, de alicatados imponentes, de trilladas cortinitas desgastadas de tanto tiempo. Y de pronto oigo una voz de fondo que dice

- Oye, que me parece que es aquí

Mi corazón se paró por unos instantes buscando desesperadamente donde asirse, y después de apoyarse en los pulmones ahora encogidos, mandó un único mensaje al cerebro

- No

Otras voces se oyeron de fondo

- Si, si, es este, es el nombre
- Si, es aquí

Y otro mensaje mandó mi corazón al cerebro

- No

Pero nadie escuchaba a mi corazón, y los doscientos socios se arremolinaron delante de la puerta.

Un solo pie toco los escalones, y al notar que estos estaban acolchados, intenté desesperadamente volver a la calle. Pero doscientos mensistas habidos de pelandruscas me lo impidieron. No os puedo describir con palabras lo que vi desde ese momento, y la única forma que encontré para soportar tal cantidad de asesinato al buen gusto fue coger pedal de vino que ni te cuento. Luego solo puedo recordar a una camarera que protagonizó conan 7 (una película que nunca se estrenó por sus escenas demasiado duras).

El último día nos prometieron que veríamos a muchos mensistas Vascos. Nos montamos en los autobuses casi desesperados, intentando disimular las impresionantes ganas que teníamos de ver algo superdotado del país. Y allí estaban, en una sidrería, todos en una mesa, juntitos. Y nos cantaron canciones del país, y nos enseñaron cómo coger una cogorcia de sidra de manera pintoresca. Y... bueno, otro año conseguiremos "tocar" mensistas vascos, que las cosas hay que dosificarlas...buenooooo, tampoco es cierto del todo, algún mensista vasco si vi, uno solo (el pobre vino para un rato, y lo engañamos para que se quedara dos días...pero tiene que comprenderlo, teníamos mono de mensista vasco, jejejeje).

Ya en ruta de vuelta a casa, comprobé disgustado que el paisaje que no pude ver por ser de noche, tampoco lo podría ver por estar todo nublado... Por lo visto también esconden el paisaje, que le vamos a hacer.

Y ahora fuera bromas, un beso muy fuerte para los vascos que conocí, y otro para los que espero conocer. :****



albert - 21:49

 

.

HOME
&
ARCHIVES

mkxis
almuric
fantine
Peluche
Capitán napalm
Avestruz
axque
lumen dei
Persefon-E
yaizal
chikago
dilettante
Pirata Roberts
dodu
gorpik
hetoo
beor
kira
Jambrina
Fredja
DANAE
nur
Rapunzell
Numero aureo
Boriel
siringa
onirik
tindriel
Ottawa
Maki
ciclonite
La biblioteca de la siringa
Fahss
Gamusina
Sowhat
globtops
hariseldon
Cynskeptical



Nedstat Basic - Free web site statistics



Reír es lo mejor... sobre todo si el tortazo se lo pega otro.