DUERME, DUERME, CORAZÓN
El corazón es un niño. Se entusiasma fácilmente por cosas en apariencia banales, y cuando le quitamos aquello que tanta felicidad le produce, llora, patalea y grita para que se lo devuelvan. No atiende a razones, no escucha al cerebro, y se encabezona en latir desaforadamente para llamar nuestra atención.
Aunque esta semana y media he estado muy distraído. Llena de excursiones, proyectos...risas. Mi corazón no ha parado de patalear. He intentado calmarle con millones de razones. Pero en la cama, donde solo él es dueño y señor, gritaba y gritaba.
Ayer fue peor. Aprovechando que había vuelto a mi rutina, a mi casa, pataleó de tal forma que pensaba que no lo podría soportar. Y como una madre que a las tantas de la noche sujeta la mano de su bebe que no ha parado ni un instante de llorar, me sentí impotente. Al final, de puro cansancio, los dos nos dormimos. Pero algo increíble ocurrió, algo que casi nunca he soñado. Un mensaje de un móvil, otro mensaje de blog, todo soñado, sin que ninguna mi parte consciente de mi mente lo escribiera. Incluso he podido leer uno de los mensajes dos veces, sin que al hacerlo cambiara el texto.
Al levantarme hoy, el corazón se había callado, ya no latía con fuerza como me tenía acostumbrado estos últimos días. He intentado recordar los textos, pero me ha sido imposible. ¿Que ha pasado? ¿Que había escrito en esos mensajes? ¿Porque ha callado mi corazón?
No puedo entenderlo, pero supongo que mi ángel de la guarda me ha vuelto a ayudar, como siempre lo ha hecho cada vez que le he pedido auxilio.
El corazón es un niño, pero como todos los niños, al final atiende a razones. Supongo que no se ha conformado, que seguirá pidiéndome que le devuelva lo que ya no puede tener, pero aprenderá poco a poco que por mucho que grite, llore o patalee, hay momentos en los que tiene que resignarse.
Duerme, duerme, corazón, que el ángel de la guarda está aquí para consolarte.
albert - 11:50