MAMARACHOS

Hoy me he reído con ganas, y tengo unas ganas irresistibles de contarlo. jejeje

En mi ciudad no tenemos policías, simplemente tenemos unos hombres vestidos de azul y cuya única misión es la de jorobarte con todo el amplio sentido que tiene esa palabra. Pero todo el mundo sabe que en la vida hay mucha gente que joroba, como la suegra, el vecino del quinto, ese compañero tan borde que tienes en el trabajo, etc., etc. Así pues, que unos hombres de azul te toquen los huevos forma parte del juego.

Pero últimamente ha pasado una cosa muy preocupante en mi ciudad. En menos de tres años, no hay ni una sola tienda que no haya sido atracada o robada (incluyo también mi joyería, por supuesto) Estoy hablando de más de cuatrocientas tiendas concentradas en un radio de menos de quinientos metros. Pero esos señores de azul (y señoras), cuyo jefe debe tener un cerebro compuesto de dos neuronas (dos neuronas que deben estar peleadas y no se hablan) no hacen absolutamente nada. Y cuando les llamas para dar el parte, se comportan como si la culpa fuera tuya.

Mi jefe no los puede ni ver, y no disimula su cara de disgusto cuando entran en la tienda para hacer algún encargo. Pero hoy ha sido desternillante.

La tienda estaba muertísima, me parece que he podido escuchar que una mosca cantaba el buleria de bisbal. En esto que entra el hijo del jefe y nos dice

- Son la polla ¿Habéis visto que movida está haciendo la poli en la plaza?

Mi jefe, con "la cara de asco para policías" le ha preguntado

- ¿Que pasa?

Y su hijo le ha respondido

- Por lo visto una de las terrazas de la plaza está invadiendo más espacio del que debería, y ahora hay cuatro polis midiendo esa distancia.

A mi jefe se le ha puesto una cara que daría miedo a cualquier personaje del Tolkien. Luego, ha pegado un puñetazo en el mostrador y ha salido de la tienda en dirección a la plaza. Nosotros, muertos de la curiosidad, nos hemos parapetado en la puerta para ver que hacia. Entonces hemos visto que mi jefe se había puesto delante de uno de los polis y le estaba comenzando a increpar

- Que grandes los tenéis, pero que grandes. Cuando me robaron la tienda, YO me tuve que hacer las fotos, YO tuve que medir, que contar, que hacer TODO. Y ahora os veo midiendo la puta distancia de esta terraza. Y no un poli, sino CUATRO. Y digo yo, si los cuatro estáis aquí, ¿QUIEN COÑO SE SUPONE QUE HACE LA RUTA?

En esto que se ha acercado la carnicera que vende carne de caballo en la plaza. (Una mujer encantadora donde las haya, pero con dos pares de cojones) y ha metido baza.

- Oye, guapos ¿Y por que no os medís los huevos? seguro que saldrían en el guines

El poli, mientras, se ha limitado a levantarse de su posición acuclillada, se ha tocado la barriga de morsa salvaje, y componiendo una mueca mofa, ha dicho

- Por favor, que estamos trabajando

El señor Magi, un viejecito de noventa tacos que en ese momento estaba sentado en una de las mesas de la terraza, se ha levantado lentamente hasta quedarse en pie, ha mirado fijamente al policía, y le ha dicho

- Mamarracho

Luego se ha vuelto a sentar como ha podido. Entonces mi jefe ha vuelto a la carga.

- ¿TRABAJANDO? yo diría que estáis pasando el rato, como siempre. Si es que no se porque los atracadores no montan su sucursal delante de vuestras oficinas, si hasta podríais quedar para jugar al mus.
- ¿Al mus? - a continuado la carnicera - Pero si eso es matemática cuantica para ellos, al parchis y si llegan.
- Hagan el favor

El señor magí se ha vuelto a levantar, esta vez casi pierde el equilibrio y se pega un morrazo al suelo, ha vuelto a mirar al poli, y ha dicho

- Mamarrachos

Y se ha vuelto a sentar. Entonces mi jefe a vuelto a la tienda, a cogido su nikon, el trípode, el macro, y la maleta de filtros, los ha plantado en medio de la plaza, y se ha dedicado a fotografiar a los polis. Entonces el poli se ha acercado a él, y le ha dicho que no se podían hacer fotos profesionales en medio de la plaza. Y entonces mi jefe le ha dicho

- Haz un parte, y luego le explicas a tu jefe que no has podido medir la plaza porque un joyero, que en sus ratos libres es profesional de la prensa, os ha hecho un reportaje fotográfico.

El poli se ha puesto la mano a la cara, y antes que pudiese decir ni mu, alguien le ha tocado el hombro. El poli se ha dado la vuelta

- Mamarracho

Aish, pobre señor Magí, no veas lo que le ha costado caminar hasta el centro de la plaza jajajaja.

Bueno, la cosa ha acabado que todos los comerciantes de la calle, al ver lo ridículo de la situación, han empezado a cantarles las verdades a esos impresentables. Y al final se han marchado. Y supongo que al señor Magi no lo veremos hasta dentro de una semana...se ha esforzado tanto hoy.