ABRIENDO BOQUETES
Estoy acostumbrado a callarme mis pensamientos, a dejarlos encerrados en el entramado neuronal para que no saturen a las personas a las que van dirigidas. Pero guardarlos duele, y cuanto más grande hago mi baúl de pensamientos inconfesables, más y más crecen mis dudas, mis miedos, mi dolor.
Pero, a veces, hay pensamientos que me inundan como un río demasiado crecido por exceso de lluvia, y me entran unas ganas locas de gritar, de abrir un boquete en mi mente para que salga el exceso de agua. Aunque sepa que mi dique puede aguantar eso y mucho más.
Me gustaría poder decirte que sin conocerte, te hecho tanto de menos. Pero me guardo ese pensamiento para mi, para que no pienses que quiero atraparte como un gorrión y meterte en una jaula, donde se perfectamente que no podrías vivir. Y me gustaría poder decirte que solo ver tu nombre escrito en cualquier sitio, una punzada de felicidad hace palpitar mi corazón (aun sin saber del cierto en que consiste la verdadera felicidad). Y me guardo muchos pensamientos para no pecar de exceso, para dejar que el gorrión vuele a mi alrededor, para que no se asuste, porque con solo ver como picotea las migas que le dejo en el suelo me basta. Pero tengo dudas, porque no se si precisamente esa deliberada contención de mis sentimientos hagan huir de mi lado el gorrión, que por falta de interés por mi parte, se marche a buscar personas que presuntamente le ofrezcan muchísimo más y no vuelva más a mi.
He abierto un poco el baúl, como caja de Pandora, y al hacer esto puede que pierda lo que no quiero perder, pero hoy necesitaba tanto hacerlo.
Si nuestra mente no existiera y fuésemos personas que actuásemos solo con el corazón, todo sería más fácil...porque el mío lo tiene TAN claro.
albert - 09:58