Brico MANIA

La mejor estación para podar los árboles es invierno, al menos los árboles de hoja caduca...bueno, no todos, pero la mayoría...bueno, la verdad es que no tengo ni pajotera idea, pero el caso es que mi padre a podado esta semana el que tenemos en la casa de verano.

Pos si, tenemos un hermoso sauce llorón en la entrada de nuestra casita, y naturalmente lo tenemos que podar cada año, porque si no, algún día nos podríamos encontrar a fraga cazando entre tanta maleza.

Pero no os he dicho que le he tenido que "ayudar"…o mejor dicho, no os he dicho que he sido obligado a ir, bajo amenaza de contarme lo desagradecido de hijo que soy, si no le "ayudaba" (he tenido que aceptar, tenéis que comprenderme).

Pues bien, imaginaros a mi padre encaramado a una preciosa escalera, y a mí, en la superficie del planeta tierra, mirándolo con una no disimulada cara de hastío. En el mismo suelo donde yo estaba había una enorme caja de herramientas y dos cajas grandotas de madera. Mi padre me gritó desde la cima de la escalera para que abriera la caja verde y le diese los alicates pequeños de podar. No problem, abrí la caja y...joder, estaba lleno de alicates de todos los tamaños. La duda se apoderó de mí, no sabía que alicate coger. Al cabo de un minutejo de nada, oigo un rumor en el viento.

- ¿ME DAS LA PUTA ALICATE O QUEEEE?!!!

Que estrés, por dios, que estrés. Cogí rápidamente la alicate más pequeña y se la ofrecí…Casi me la tira a la cabeza. Me dijo algo tal que…

- MERLUZO, ESA NO, QUE TENGO QUE PODARLO, NO DEPILARLO

Ya me parecía a mí que ese alicate era un tanto pequeña, pero la culpa fue suya por no determinar el tamaño exacto de la herramienta. Después del alarido, decidí que le daría la que me pareciera a mi más conveniente prescindiendo del tamaño. Pero otro rumor en el viento que repetía algo tal que así

- LA PEQUEÑÑÑÑÑAAA, LA PEQUEÑÑÑÑÑAAAA

Pues sí, el tamaño si importaba. Al final mi padre, agarrado con furia a las dos ramas principales del árbol, me dijo

- LA NEGRA CON EL MANGO AZUL, IMBECIL!!!

Ostras, haberlo dicho antes, así si que se cual es, hablando se entiende la gente. A continuación de darle las alicates correctas, comenzó a podar las primeras ramas y estás iban cayendo al suelo. Yo me apresuré a cogerlas, pero el me gritó (para variar) de nuevo

- ¿PERO SE PUEDE SABER QUE COÑO HACES?, ¿QUE NO VES QUE TE PUEDO SACAR UN OJO? DEJA ESO Y SUJETA LA ESCALERA!!

Pues a sujetar la escalera. Después de un buen rato trinchando ramas, mi padre me señaló la caja y me dijo

- Dame el alargador que está en la caja de madera

Y yo velozmente me he dirigido a la caja. La abrí…abrí…coño, esa caja no se abría. “A ver si con un poco de maña”, mmmmm, pos no, no se abría. Entonces yo cogí un destornillador y hice palanca…”mmmm, jopé, esto no se abre, y probando en…”

- IDIOTA, TENGO UN HIJO IDIOTA, ESTA CAJA TIENE UN SEGURO EN LOS COSTADOS, ANIMALL!!

Uy, pos era verdad, tenía unos pestillos en los lados, jejejeje. Dentro de la caja había unos palos de diferentes tamaños y formas. Yo le di el que me pareció más adecuado y se lo acerqué. Mi padre me miró como quien mira a una cucaracha, soltó un suspiro que podría resquebrajar la niebla más densa, y bajó de la escalera sin esconder su disgusto. Ya delante de la caja, cogió el palo que si era y me dijo

- ESTE ES UN PALO PARA LA PODADORA. ¿VES ESTO?, ES LA PINZA QUE TRANSPORTA LA OTRA PINZA QUE MUEVE LA PODADORA. Y ESTO QUE ME HAS DADO TU ES EL PALO PARA ALARGAR MÁS ESTE QUE TE ESTOY ENSEÑANDO.

Se volvió a subir al árbol y continuó podando con más furia (por mi que se imaginaba que las ramas eran mi gaznate).

Mientras sujetaba la escalera, mi sobrino de seis años (que mi hermana nos endosó) se acercó a ver lo que hacíamos. El me preguntó si tardaríamos mucho, y antes que yo le dijera nada, una voz proveniente de las alturas ha gritado

- DAME EL PIE DE REY NUEVO, ESE QUE MIDE CON EL PUNTO DE LASER.

No sabía a que coño se refería, pero yo corrí hacia la caja para buscarlo. Pero claro, ¿como se puede buscar algo que se desconoce que es? Mi corazón latía con fuerza, mis manos temblaban todas, y de pronto, mi sobrino cogió un alargado trasto amarillo y me lo dio.

- Pos mira, por probar que no quede

Y se lo di a mi padre. Este no me dijo nada, de hecho lo usó, y eso significaba que mi sobrino sabía que era un pie de rey láser. Volví a sujetar la escalera, pero al ver que mi sobrino se largaba, lo he cogido por el hombro y le he dicho

- NI SE TE OCURRA LARGARTE DE AQUÍ

Era mi salvoconducto, no podía dejar que se marchara, lo tenéis que comprender.

Cuando el árbol parecía más arregladito, mi padre (horror) me pidió que cogiera la otra escalera y me subiera con él pero por el otro lado. Yo me apresuré a ir a buscar la escalera e hice lo que me pidió. Una vez encaramado, mi padre me dio unas alicates, el cogió un alambre y me dijo

- Cada vez que te pase un alambre, tú lo sujetas por aquí y le das unas vueltas para sujetarlo.

Dicho y hecho. Cada vez que me pasaba un alambre, yo lo retorcía con la torpeza de un principiante. Pero en esto que vi una oruga terrorífica que descendía por la rama que tenía justo delante de las narices. Me ladeé bruscamente y la escalera se desplazó un poco. Para que no se cayera me sujeté al tronco del árbol, justo en ese momento mi padre me pasaba un alambre que, en lugar de retorcer, yo sujeté con fuerza. Mi padre vio atónito como el alambre se le escapaba de las manos, y todas las ramas que había sujetado como un ramillete, se soltaron propinándole unos pequeños latigazos en la cara. Entonces mi padre me ha dicho un

- VETE, VETE, VETE, YA ME LAS ARREGLO YO, LA MADRE QUE TE PARIO!!!

Jarrllll, esa oruga me salvó la vida. Cogí a mi sobrino y me largué hacia el bosque. Antes de llegar, me encontré a mi tío plantando algo en su huerto. Estaba apunto de saludarle pero, cuando vi que empezaba a sacar unos utensilios que desconocía, decidí hacerme el despistado y me adentré al bosque con un sobrino extrañado al ver que no nos parábamos en el huerto del “tiet”. Y ustedes no me miren con esa cara, no soy un antipático, lo único que pasaba es que ese día ya había tenido bastante clase de bricolaje.