VECINOLANDIA

Hace cosa de una semanita tuve una reunión de escalera. Soy afortunado, mi piso es nuevecillo y sus inquilinos son parejitas amodorradas, sonrientes todas ellas, ilusionadas y inocentes. También hay alguna pareja de jubilados, simpáticos y afables. Alguna solterona y, naturalmente, el vecino que hace de malo (nunca puede faltar en una reunión de escalera el típico "vecino-toca-cojones", vaya mierda escalera sería si no). Es un hombre bajito, delgado, de unos setenta años, con un pelo tal que Asimov y un diente de oro que aumenta su centelleo cuanto más intensa es su furia.

La gestión del piso lo lleva una empresa privada (es un poco más caro, pero te ahorras el tener que hablar con el pesado del tercero, el atolondrado del segundo o la pasada de vueltas del primero "A”). Y el presidente de escalera es un simple objeto decorativo que, por narices, tiene que existir.

Pues bien. Estábamos un cincuenta por ciento de los inquilinos reunidos en el hall, de pie, con una calor del copón, y con una disimulada ilusión. La chica de la gestoría (menudita, muy amable, súper eficiente) Nos pasó lista y, después de leer una parrafada que nadie escucho excepto el toca pelotas. Nos dio la fatídica noticia. Por lo visto, la empresa que instaló el ascensor pidió los papeles a industria con vieja normativa, y según la construcción del piso, a este le corresponde la nueva normativa. Resumiendo, que la broma nos tenía que costar ocho mil euros. Cuando recogimos todas las dentaduras del suelo y aplicamos electrochocs a los ancianitos allí presentes. Empezó la función.

- ¿Cuanto son ocho mil euros? -
- Un millón largo -
- Y eso a cuanto sale repartiendo -
- Pero que repartir ni que leches, no vamos a pagar nada -
- Yo no pienso pagar la baldosa del rellano - (comentario del toca pelotas)
- Pero si son solo cincuenta euros, y a repartir -
- ¿Pero no eran ocho mil? -
- No, me refería a la baldosa del rellano -
- Pero que tiene que ver el rellano con el ascensor -
- No voy a pagarlo porque no es culpa mía - (comentario del toca pelotas)
- No es culpa de nadie lo del ascensor -
- ¿Que ascensor? - (comentario del toca pelotas)
- Señor Martí, ya hablaremos luego de la baldosa, ahora hemos de decidir que hacemos con el ascensor -
- Claro, y luego nos olvidamos de la baldosa y me la endosáis en el recibo- (comentario del toca pelotas)
- Creemos (es curioso, pero las parejas recién casadas siempre hablan en plural) que es más importante hablar del ascensor -
- Pero ¿Por que han tardado tres años en decirnos nada? -
- Por lo visto el del ascensor estaba probando de convencer a los de industria para que le perdonaran...-
- Y claro, por regla de tres, con que la baldosa está delante de mi rellano, pues la culpa es mía -(comentario del toca pelotas)
- Señor Martí, nadie le acusa de romper la baldosa, pero ahora no estamos hablando de eso, todo a su debido tiempo -
- ¿Y por qué no nos dijo nada el del ascensor? -
- Para que no nos preocupáramos -
- Claro, y ahora nos pega la sorpresa, que forma más original de despreocupar a la gente -
- Nosotros pensamos que lo mejor es denunciar a la constructora y al del ascensor -
- Nosotros pensamos lo mismo -
- Pero esto nos puede costar dinero -
- Pero más de lo que nos costará reformar el ascensor -
- Yo no pago la baldosa y sanseacabó - (el de siempre)
- Pues yo lo hago siempre con mantequilla, queda más esponjoso -
- Y la pimienta la pones luego -
- Claros -
- Me tienes que dar las llaves del contador, que me han clavado los del gas una factura surrealista -
- Pero no la tengo yo, la tiene la del segundo C, la Carmen -
- ¿Donde está Carmen? -
- No ha venido -
- ¿Y nadie tiene la llave del contador a parte de la presidenta? -
- Si, La pareja del tercero "B" -
- No, no la tenemos nosotros, se la dimos al que tiene que arreglar la baldosa -
- No hables tan alto, que si nos oye el señor Martí jejeje -
- Pero si te ha dejado el a ti, no seas tonta, no te vayas de casa, no te la puede quitar -
- No se, estoy tan deprimida -
- Que cerdo de tío, no te ofendas, pero desde el primer día que lo vi no me cayó nada bien -
- Es verdad, era un borde de narices, y perdona chica -
- Por favor, queréis estar al caso, el ascensor -


Una hora parloteando para decidir que preguntaríamos a industria para tener otra opinión. Pero no hay mal que por bien no venga, ya se hacer tortitas, se quien tiene las llaves del contador por si me interesa, tengo un presupuesto exacto de lo que vale poner una baldosa, y conozco la vida y milagros de la vecina que tengo debajo. ¿No os parece genial? :-)