DE LO QUE ACONTECIO CON UNOS MENSISTAS QUE DECIDIERON IR A LA PLAYA A JUGAR UN PARTIDO DE FUTBOL

El señor porrón se ha levantado la ostia de temprano para acudir a la llamada de mensa. Todo estaba planificado de antemano para ir supuestamente a un prometedor partido de playa. El móvil en su sitio, la cartera, la toalla y...

- ¡¡ OSTIA, EL TRAJEDEBAÑO !! -

El señor porrón se aferra al armário tal que lagartija y comienza a sacar cosas y más cosas...

- Una cortina...no...unos zuecos de cuando era pequeño...no...un poster de la heidi...esto no es mio...una juego de cucharas...esto debe ser cosa de mi madre...una araña gordísima...una araña gordísima...¡¡¡AAAAHHH, LA ARAÑA DEL TITANIC!!! -

El batacazo del señor porrón fue de gines. Por lo que decidió que ya no buscaba más diciendo...

- A LA MIERDA, Me pondré estos pantalones de deporte que me parece que són tambien pal agua -

Pues si, señoras y señores, lo que llevaba hoy en la playa eran unos pantalones de deporte,y aunque lo pareciera, su intención no era enseñar la "cuixa".

Como era normal con tanto ajetreo, al señor porrón se le olvidó que el tiempo estaba calculado al milímetro, y con ese contratiempo, llegaba tarde al tren. Corrío como una gallina en uganda hasta llegar a la estación. Se abalanzó contra la taquilla y descubrió que en ella se encuentra el que es, sin duda, la persona más borde que existe en la constelación de la Via láctea (antes que digais nada, según un concurso de televisión de hace unos años, la constelación de la Via láctea existe, y lo que dicen en la tele va a misa).

- Quiero un billete para Barcelona -
- ¿Que? -
- Un billete para Barcelona -
-¿Eh?-
- UN BILLETE PARA BARCELONA-
- ¿Un billete? -
- Sí, un billete -
- No puede ser -
- ¿Cómo que no puede ser?-
- No, ahora solo se usan las targetas t-10 que sirven para...-
- Mire, jejejeje, me lo cuenta después, deme esa tarjeta, es que se me escapa ese tren -(El señor porrón señalaba desesperado un trenecito monísimo color naranja que parecía querer desaparecer de un momento a otro)
- Vale, son 25 euros -

El señor porrón pagó y comenzó a brincar hacia el tren. Pero al borde del taquillero se le olvidó decirle que después de comprar la tarjeta, hay que pasarla por una diabólica maquinita para sellarla. Y, claro está, cuando pasó el revisor, el señor porrón se la enseñó convencido de que el hecho de haberlo pagado vastaba para validarlo. Madre mía, ese revisor es la segunda persona más borde de la constelación de la Via láctea. El señor porrón tubo que usar toda la inteligencia a su disposición para convencer a aquel garrulo gordísimo (incluso llegó a tirarle besitos) que la falta de sello en su tarjeta era fruto de las prisas.

Bueno, no paso nada más...de momento.

Una vez llegado al punto de reunión y con todos los mensista dispuestos, se dirigieron a la playa...Bueno, mar había...pero playa, lo que tradicionalmente llamamos playa, como que no. En lugar de arena finísima, acogedora, ligera... había la misma cantidad de pedruscos que se necesitaron para construir la gran muralla china más las pirámides de gisé y aun os sobrarían para haceros un chalet monísimo. Pero sigamos con la história.

A una mensista se le ocurrió sacar una loneta amarilla junto a unos palos blancos. Era, supuestamente, una amaca de bolsillo. Pero resultó ser el dibujo número quince del test para entrar en mensa. Evidentemente, no hay nada que excite más a un mensista que una figura de esas, y se reunieron todos para desarrollarla

- Esto es así -
- Pero falta una pieza ¿No? -
- No, mira -
- Si haces eso lo que tendrás es una cometa -
- ¿Y si pones esto aquí ?-
- Puede -
- No es que quiera molestar, pero esto no pertenece al kit de montaje, son mis sandalias -
- Aps -

Gracias a bekam...digo a dios, el señor porrón ayudó y esa amaca se materializó.

Después, los mensistas "macho" decidieron que el futbol "a secas" no tenía el aliciente necesário para sus intelectos. Así que adornaron ese partidito con normas de juego de rol. A saber: En lugar de una portería, se mete una victima en el centro cuya misión es atrapar el balon mientras los demás se la pasan. Esos pases variaran según el estado de ánimo, la torpeza del momento y otras cosas (un toque, dos toques, tres toques disimulados). Si la victima del centro atrapa la pelota, todos los jugadores cogeran una o más piedras del suelo y la lanzaran al extrarradio con la excusa que ese obstáculo entorpecía el juego. Si se olvidan de hacer esto, pierden un punto. Y si al hacerlo aciertan a un guiri, hay un bono extra de dos puntos. Para excusar una mala actuación del jugador, este adolecerá problemas de pies, espalda, musculos, ect, ect.

El ganador fue el señor porrón, ya que, con uno de sus tiros, logró convertir en reina de los mares a un mensista "macho". Eso significó cien puntos y que apareciera un presentador norteamericano felicitándolo y regalandole un pontiak del 68. Lo malo es que, en venganza, el mensista afectado quiso devolverle la jugada dos veces. Pero como se quitó las gafas, estubo apunto de conseguir otro pontiak del 68 a costa de otro mensista que no era el señor porrón.

Más tarde, y con más calor, tocó remojarse. Todas las piedras visibles no eran nada comparadas con las que escondía el mar. Ahora ya sabemos donde se encontraba la cantera de la atlántida. Para más inri, un mensista descubrió que habían algunas roca sospechosamente peludas. Así que más que nadar, esquivabamos.

La jornada mañanera acabó con un vermut ( que ahora que el señor porrón lo piensa...SIETE EUROS, QUE ROBO...) muy suculento y muy bien amenizado.

Y eso fue todo. Pero antes de terminar, permitanme comentarles una cosa que el señor porrón me ha dicho que les diga y que transcribo en esta hoja...

- Ay, uy, joder...estoy más quemado que el pocholo con sobredosis -