El Banco de los Vampiros

Para muchas personas, un banco es un lugar que infunde respeto. Para otros es el centro donde descargar la ira contenida durante el día. Y para muchos administrativos es una tienda más, como puede ser una carniceria, una peluquería o una sucursal del Macdonals. Yo conozco a casi todos los empleados de casi todos los bancos de Igualada, y les trato con una tosca familiaridad que estremecerian a más de un jubilado. Esto me permite agilizar mucho los trámites y me ayuda a saber información aparentemente reservada "solo a empleados". Y es por esa razón afirmo que un banco es el santo santorum de la hipocresía más refinada. Os contaré una cosa que me ha pasado hoy en uno de ellos y de la que aún me estoy riendo ahora.

Cola de la una. Muchos esperaban en ella con cara de "que se me cuela el imbecil este". Yo, que soy gato viejo en eso, me acerqué a la repisa para leer la Vanguardia. En eso que entró la señora Masaguer. Su cuerpo pequeñito y rechoncho se acercaba muy, muy despacio a causa de sus casi noventa tacos. Solterona empedernida, es una de las fortunas más grandes de Catalunya al ser la única propietaria de una fabrica de curtidos enorme, entre muchas cosas. Era curioso el ruido del baston que llevaba al impactar contra el suelo de marmol. Podía parecer que lo hacia a posta con intención de hacerse notar. No fue solo mi pensamiento. Una de las falsas paredes del banco se abrió a modo de puerta . De su interior apareció un señor trajeado hasta el extasis, con la cara chupada y larguirucho como una barra de pan francesa. Con pasos casi de bailarina se acercó a la señora Masaguer. Le obsequió con una de las sonrisas más cinicas posibles y, agarrandole la mano, la arrastro literalmente a su oficina. La puerta se cerró y ya nada quedó de la señora.

Cuando me tocó el turno, marujee un poquitin con la cajera.

- ..Hacia tiempo que no la veiamos- dijo la cajera- por lo visto ha estado muy "fotuda" últimamente -
- Esa no se muere, nos enterrará a todos, fijo -
La cajera sonrie y continua.
- Por lo visto quiere vender unos inmuebles que tiene en Barcelona -
- ¿Tiene pisos en Barcelona? -
- ¿Pisos?, una manzana entera -
- ¿Una manzana entera?, pero esto es mucha pasta -
- Como unos cientos de millones de euros -
- ¿Y dices que está soltera? -
La cajera que se rie un monton
- No me diras que quieres hacerle la corte -
- Que pasa, no me crees capaz de ligarmela -
- Mira que eres animal -
Los dos nos reimos y pasamos a los asuntos que me habían hecho ir al banco.

Al cabo de unos diez minutos, la puerta falsa se abre de nuevo y el "tiqui toc" del baston indicó que la señora Masaguer se dispone a cruzarla. Poco a poco apareció por el umbral de la puerta para dirigirse al centro donde estaba la cola, acompañada por el vampiro del director del banco. Y cuando estuvo a mi altura, me miró a los ojos y me dijo

- Yo te tengo visto, tu trabajas en...en...en...-
- En la joyería pons, Señora, en la joyería p...-
- Lo vés, ya decía yo que te había visto antes -

Mientras la señora Masaguer me decia cosas, el vampiro del director me miró con cara de pocos amigos. Y no era para menos. Pensad que lo que no entra en el banco, se destina a objetos de lujo, como puede ser una joya. Se le notó tanto que mi presencia le incomodaba que casi empuja a la señora para apartarla de mi lado. Yo pensé "Será cerdo el tio este, pues ahora me he picado" y comencé a darle conversación gratuita y sin desperdicio para joder al banquero.

- Oh! que joya lleva hoy usted, es preciosa, le queda monísima (y no mentía para nada, era un collar modernista en el cuello de un autentico mono pintarrujeado) -
- ¿ Usted cree? , me la compré en París -
- ¿En Paris, ha estado en París? -
- Si, esta semana con mi sobrino -

Y mientras, al director le comenzó a parpadear un ojo. Pero yo, como si nada.

- Yo nunca he estado en Paris, y me hace una ilusión ir -
- Pues yo he estado muchas veces, sobretodo de joven, me gusta mucho comprar allí -

El director no pudo más y explotó diciendo algo fuera de lugar

- ¿Quiere que le llame un taxi? -

La señora Masaguer sorprendida, lo miró con desconfianza y le dijo

- Para que cojones quiero un taxi si vivo aquí mismo -

El director ofuscado, se disculpó por la metedura de pata. Pero consiguió su objetivo, alejarla de mi.

- Bueno, mocete, ya nos veremos la próxima vez -
- La esperamos señora Masaguer -

Y se alejó componiendo una sinfonia de "tiqui tocs"

Desvié la mirada hacia la cajera y observé como ella y un cliente estaban descojonandose. Cuando el director se encerró en el despacho, la cajera me llamó para que me acercara. Una vez delante de ella, me ha dicho.

- Yo soy tu mejor amiga, acuerdate de mi cuando la boda -

Y yo le he contestado

- Jodia -